Siete propuestas para una nueva educación en Iberoamérica
La mayoría de los países iberoamericanos han regresado a las clases presenciales en medio de una gran incertidumbre por la amenaza de un rebrote de covid-19, los problemas de distribución e inequidad de las vacunas y el relajamiento de las medidas de seguridad sanitaria. Por otro lado, las demandas contrapuestas de la sociedad, en específico de las familias, que exigen a los gobiernos la vuelta a la escolaridad presencial, al tiempo que piden prudencia por el temor al contagio.
A excepción de España, Portugal y Andorra que volvieron a las escuelas en el mes de septiembre pasado, y Nicaragua que nunca dejó la presencialidad, los demás países de la región comenzaron el proceso de retorno a la presencialidad, con diferentes variantes, a partir de febrero de este año, un año después de la irrupción de la pandemia.
Distintos organismos internacionales han alertado sobre lo que ha implicado el cierre de los centros educativos en la región, refiriéndose a los efectos que el confinamiento ha tenido en la salud mental de los estudiantes, al aumento de la brecha educativa y a las pérdidas de aprendizajes que se han generado, cuya magnitud aún se desconoce. El Banco Interamericano de Desarrollo (2021) estima que la pandemia podría causar una pérdida de 0,9 años de escolaridad en promedio, afectando de manera especial a los alumnos que vienen de contextos más desfavorecidos.
Sin embargo, lo cierto es que antes del cierre de las escuelas y de la llegada de la covid-19, la realidad educativa de la región iberoamericana ya era preocupante. De acuerdo con los resultados de la prueba PISA (2018), los estudiantes latinoamericanos de 15 años de los países participantes no logran alcanzar las competencias básicas de lectura y en promedio presentan un retraso de unos tres años en lectura, matemática y ciencias, si lo comparamos con estudiantes de otros países de la OCDE. Las primeras estimaciones del Instituto de Estadística de la UNESCO (UIS) sobre el cumplimiento de una meta esencial del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, relacionada con los resultados de aprendizaje requeridos al finalizar la educación de Primaria y Secundaria, ahondan en el mismo atraso. Esto significa que una gran proporción de niños, niñas y jóvenes de la región carece de las competencias esenciales para lograr aprendizajes posteriores, para insertarse en el mercado productivo y para el ejercicio de la ciudadanía.
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